17 de diciembre de 2012

La narración de Ernesto



                                      OSO LUNAR
Érase una vez un oso lunar que estaba solo en la Luna. Un día el oso vio algo que brillaba, y se acercó. Era un trozo de espejo. Cuando se miró a si mismo, era grande, con los ojos grandes y los dientes afilados, era terrorífico. Intrigado se preguntó de dónde había salido ese espejo. Luego siguió caminando y vio una nave espacial, y a su lado dos hombres. Al oso lunar le daba miedo porque nunca había visto a otro ser vivo. Entonces se le empezaron  a acercar lentamente. Se asustó y salió corriendo. Cuando los perdió de vista estaba muy cansado y se durmió. Al cabo de un rato se despertó y  vio a los dos hombres, uno con el pelo negro y el otro con el pelo grisáceo. Uno de ellos se dio la vuelta para verlo. Tenía el pelo negro, los ojos verdes y la nariz achatada.

El oso se dio cuenta de que mientras dormía lo habían cogido y se lo habían llevado a la nave espacial y lo estaban transportando a otro lugar. Cuando se paró, los dos hombres se fueron y se abrió la puerta y otros hombres distintos cogieron la jaula y la pusieron  en  un cuarto con la temperatura, la gravedad y todos los factores característicos de la Luna. Lo soltaron en la habitación. Él salió corriendo y se chocó con la pared. En una de las paredes había un cristal enorme por donde lo observaban. El oso lo intentó romper, pero era muy duro y resistente. Cuando pasó un año el oso estaba cansado porque le habían hecho muchos experimentos. Otro año más tarde lo metieron en otra habitación con otros osos lunares. Después de un rato se empezó a mover la habitación. Y cuando paró se abrió la puerta y todos los osos salieron! Estaban en la Luna!      
                                       Ernesto Fernández Parejo                     

2 comentarios:

Andrea Garcìa lozano dijo...

Me ha gustado mucho.

Anónimo dijo...

Tiene de todo!! Emoción, tristeza, ficción...
Increíble!!