Una Pequeña Giganta
Todo
comenzó cuando nací, en un pequeño Reino llamado "Nefera", cuyos reyes
eran Sarpín, Rey de Mares y Océanos, y Kantia, Reina de la Naturaleza y
Criaturas Míticas.
Nefera estaba situado justo debajo de la
constelación de Casiopea, donde a la derecha tenía el Bosque de los
Duendes, y a la izquierda, el Reino de las Hadas.
Bueno, como iba diciendo, todo comenzó cuando nací, en el único y gran hospital que tenía el Reino.
Había nacido una pequeña y nueva giganta en el
Reino, cuyo nombre fué Amy, no muy común en Nefera, pero sí en el Reino
de los Humanos, más abajo de la nube en la que se encontraba nuestro
Reino. Era una giganta rosa muy guapa, aunque un tanto extraña: Pesaba
solo 103 kilos, menos de lo normal. A medida que iba yo iba creciendo, los demás gigantes y gigantas se burlaban de mí, debido a mi peso y mi estatura.
Al
fin había llegado el gran día, ese en el que ya era lo suficientemente
mayor para hacer cosas que antes no podía hacer, era el día en el que
yo, Amy Gerard, cumplía 8 años. Y lo mejor de todo era que Joshep
Manos-De-Oro, el mejor Cazador de Cuentos del Reino de los Humanos,
venía aquí, a Nefera, para entrevistar a todos los gigantes del Reino, y
escoger solo a uno para protagonizar su nuevo libro: "Aventuras de otro
lugar".
¿No sabeis qué es un Cazador de Cuentos? Pues
bien, un Cazador de Cuentos es... es... bueno, es un humano que escribe
y publica, en el Reino de los Humanos, libros donde cuyos protagonistas
son seres míticos.
Cada 50 años, se eligen a los tres mejores
escritores de cuentos míticos, a través de votación entre todos los
reinos, y esos tres se convierten en "Cazadores de Cuentos", por lo que
tienen acceso al "Puente Real", que conecta el Reino de los Humanos con
todos los Reinos Míticos. Su oficio es entrevistar a seres míticos para
que protagonice su libro, y como yo ya tengo 8 años, ya puedo participar
en las entrevistas.
Lo malo era que no podía
participar, debido a que no medía lo suficiente, así que le pedí ayuda a
la bruja Serefina, que junto a su sirviente Leonardo, estuvieron
encantados de ayudarme, eso sí, a cambio de 10 monedas de Oro. Aunque en el Reino tenía fama de estafadora, yo sabía que en el fondo tenía buen corazón. ¡No se puede juzgar a la gente solo por su apariencia!
Al día siguiente, le llevé las 10 monedas de Oro a la bruja Serafina.
-¿Estás segura de que funcionará? -dije yo.
-¡Por supuesto! Venga, comenzemos... ¡Leonardo, tráeme el conjuro 116! -exclamó Serafina.
Leonardo, su fiel ayudante, le dió el conjuro, y Serafina procedió.
Puso unos pétalos de rosa a mi alrededor, y comenzó a decir unas palabras muy extrañas.
¡Era increíble, era más alta!
Cuando salí a la calle, la gente ya no se burlaba de mí, y lo mejor de todo: ¡Conseguí el papel de protagonista!
Laura Bolaños
Laura Bolaños
2 comentarios:
Está muy bien, Laura
Muchas gracias, igualmente.
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